6.8.10

Llueve

Cómo se ve San José elevándose uno tres metros sobre su suelo? Se ven cientos de cabezas como glóbulos mulitcolores, multiétnicos, multisabores. Y así también ves los automóviles masacrándolo con sus llantas chillonas, sus claxones bulliciosos, sus escapes tóxicos. Pero San José parace no inmutarse, parace no importarle todo eso. Sólo pone su asfáltica epidermis para que todo suceda.
Pero hoy llueve y nadie se ha detenido a averiguar porqué San José esta así. Talvez le duela algo, talvez tanto humo le irrite las nubes, talvez tantos tacones le maltraten la piel delas aceras... talvez esta cansado de que nadie se detenga un minuto y hable con él... San José ya esta viejo y como tal, abandonado por las caras sin rostro de los que han nacido en su seno.
Una bandada de colegialas cruzó la calle como palomas apuradas para no mojarse, un par de cacos robaban a manos armada una tienda por el Mercado Central, a un borracho lo sacaban a patadas de una cantina de mala muerte allá por la Coca Cola y San José pensó en morir. Pensó en solo dejarse consumir por la torrencial lluvia, por las putas, por los buses, por los recreos, por los camiones de la cervecería... pero decidió que mejor no. Decidió que se quedaría un tiempo más sufriendo el paso de los días, los meses y los años. De todos modos, si muriera, nadie lo notaría.