8.1.10

Ven

Deja que tus profundos ojos negros miren a los mios.
Yo prometo dejarlos que entren y que se lleven lo que queda,
en este derruido cuerpo.

Deja que tus delgadas manos se posen en las mias.
Yo te juro que de ellas me sujetaré e iré donde me lleves,
lejos del bullicio.

Deja ya de esconderte, deja ya de huir de mi.
Ven. Llevame, te imploro! Ya los granos germinaron y aquí solo quedan
huelas de un amor que se quiebra por la desesperanza...

Yo no te tengo miedo! He estado esperandote desde que nací!!

Susurros matutinos

Hoy sentí su aliento susurrándome al oído: ven conmigo. Yo me desperté y apenas pude verla salir de mi cuarto, como para que no la viera. Todavía sentía sus dedos en mi pecho, dejando su marca fría, húmeda.
Ella siempre pasa a saludar. Algunas noches de insomnio jugamos cartas, otras tomamos mate y vemos televisión. Ultimamente le ha dado por entrar de puntillas, susurrarme algo al oído y salir, como hoy en la mañana. Lo que ella no sabe es que yo a esa hora estoy semi dormido y siempre me doy cuenta. Uno de estos días le daré una sorpresa: me levantaré y me iré con ella. Estoy seguro de que se asustará mucho. Lo que ella hace es coquetear. De ahí no pasa.

No, hasta que ya sea mi tiempo de dejar de cuidar este cuerpo, de dejar de sostener estas lágrimas y puedo por fin olvidarme de mi para siempre.